A mi gran amigo
José Arturo Marzo i Sempere
14-06-1958 † 22-03-2022
Te escribo estas líneas desde la pena y el orgullo. Pena por no poder seguir disfrutando contigo los momentos que nos han unido tanto y orgullo de haber contado con tu amistad. Me va a ser muy difícil expresar en unas pocas palabras como me siento después de tu pérdida, pero es algo que quiero hacer y marcar a fuego hasta que nos volvamos a reunir contigo.
Desde aquellos lejanos años en que íbamos a la misma guardería de “cagones” de Franciscanas,, nuestra primaria con D. Antonio y D. Joaquín en las EE.NN.PP. de la Ermita a los infantiles de la Falla , han pasado muchos años que han servido para estrechas nuestra relación e implicar en ella a nuestras esposas e hijos. Hemos pertenecido a una generación complicada , educados en la dictadura para vivir en democracia. Y nos adaptamos. Supimos dar valor al esfuerzo y disfrutar de los momentos de alegría. Todo a su tiempo y en su lugar.
Como componente de “la pareja de la Guardia Civil” junto a “Tintín” , fuisteis testigos de mi boda. Premonición de lo que se iría afianzando tras más de 40 años y que ha forjado un vínculo imposible de romper. La selección natural del devenir de la vida no existe sólo en el reino animal. También en las personas , y en nuestro caso actuó sin prisas pero sin pausas . Doy gracias a que el tiempo , juez inexorable , nos pusiera a todos en el lugar que nos correspondía, pero me apena mucho que tu no hayas podido seguir viéndolo.
Han sido muchas experiencias juntos, innumerables celebraciones , momentos de alegría y tristeza que hemos podido superar…hasta ahora.
Ya no podrás repetir las escapadas rurales de fin de año ni volver a experimentar todas las anécdotas que nos han sucedido. Ya no podré volver a escuchar tu grito preferido : “Nena…!!! Tráeme la sal…” o el famoso “Mare la cama…!!! “ en esas interminables partidas de parchís a las que tan reacio fuiste y a las que últimamente te habías enganchado con una adicción que casi era patológica. Nos hacían llorar de risa a la vez que nos enfadaban por no ganar. Pero nos divertíamos juntos y eso es lo que recordaremos todos : tu satisfacción ganando y tus broncas cuando perdías. Pero siempre tus ganas de jugar otra…
Tus disquisiciones filosóficas interminables y la defensa a ultranza de tu “razón” no consiguieron enfadarnos nunca. Finalizaban amigablemente y siguiendo a otra cosa , con el respeto mutuo a las ideas o razones de cada uno. Tu retórica , muchas veces incongruente , lograba convencer con palabras lo que la razón no lograba entender. Pero seguíamos a otro asunto y disfrutando de los momentos que la vida nos ha deparado.
La vida te dio muchas cornadas de todo tipo , pero como los buenos toreros , te recuperabas milagrosamente y volvías a torear con la vida , hasta esta última que no has podido superar , porque en esta maldita pandemia, no todos nos han dejado por el Covid.
Siempre te antepusiste para recibir tú las cornadas en vez de otros y evitarles males insuperables. Y sabes que eso te trajo doble dolor: la herida inicial y el desagradecimiento posterior.
Fuiste crítico con todo y con todos , a modo de máscara que ocultaba tu felicidad por estar rodeado de los que te querían y a los que adorabas. Generoso hasta límites desconocidos. Insuperable anfitrión junto a tu cómplice “Nena”. Muy amigo de tus amigos y confiado , lo que te provocó muchos disgustos que supiste superar pero que te dejaron cicatrices.
Malhumorado y jovial a la vez , escéptico y crítico con todo , anarquista de la vida , rapsoda de tus certezas y opositor de tus dudas , viajero impenitente , nacionalista de tu patria , selectivo patológico de tus caprichos culinarios , exigente y exigido. Hábil para llevar a tu terreno lo que querías y torpe para decir NO.
Tu hospitalidad y generosidad no van a poder ser superadas por nadie que conozca. Te has ido sin explicarme el misterio de la botella “mágica” de brandy que nunca lograba acabarme. Y tampoco has podido volver a introducirme en la cultura de los “armorzarets” ahora que ya tenía tiempo para ello.
Siempre me has provocado un conflicto interior. Has sido una de las personas mas complicadas que he conocido (y he conocido muchas) y a la vez has sido una de las personas que mas me ha querido y que mejor me comprendía. Me has hecho derramar lágrimas de felicidad y ahora me provocas lágrimas de dolor.
Conforme fuiste ganando peso disminuyó tu malhumor y aumentó nuestra preocupación. Te hicieron abandonar tus cueros, tus merinas y tus clasificaciones de pieles saladas. Y todo eso te privó de lo cotidiano y ensalzó lo extraordinario.
A la definición de “hombre bueno” habrá que añadirle tu nombre. Y a la de “amistad” , tu actitud para alimentarla.
Los médicos habrán certificado las causas por las que nos has dejado , pero para mi , la verdadera causa es que tu cuerpo no ha podido albergar por mas tiempo ese inmenso corazón del que hacías gala con los que te querían.
Ten por seguro , que aunque nada será igual sin ti , estaremos con los tuyos y les querremos como te quisimos a ti.
Dicen que nada muere si el recuerdo sigue vivo. Tu recuerdo está y estará siempre presente…
Estés donde estés, recibe mi homenaje con estas palabras que fluyen de mi corazón.